Fisioterapia para el tratamiento de la escoliosis

¿Qué es la escoliosis?

La escoliosis es una desviación de la columna vertebral, cuya curvatura puede verse con forma de «C» o «S».

Existen distintos tipos de escoliosis y es fundamental determinar cuál es el tipo concreto que padece cada paciente para poder aplicar el tratamiento adecuado.  Por ello, lo primero que se debe realizar siempre es un buen diagnóstico.

Tipos de escoliosis según su causa

En función de cuál sea la causa que la origine, la escoliosis puede ser de dos tipos:

  • Idiopática: es el tipo más común y afecta al 80% de los casos. En la escoliosis idiopática se desconocen las causas de su aparición.

Lo que sí se sabe es que suele aparecer en niños con edades comprendidas entre los 10 y 14  años, cuya madurez ósea aún no se ha alcanzado. Además, dentro de este grupo, las más afectadas suelen ser las niñas.

  •  Congénita: son menos comunes y aparecen desde el nacimiento. En estos casos, sí se conoce la causa, y es ocasionada por una malformación o desarrollo inadecuado de las costillas y/o la columna vertebral del bebé.
  • Por último, se encontrarían las neuromusculares que, a diferencia de las dos primeras, son más concretas y menos frecuentes. Se producen por otras enfermedades, como la polio, una parálisis cerebral o atrofia muscular.

Tipos de escoliosis según su gravedad

La escoliosis puede ser de tres tipos dependiendo de cuál sea el grado de curvatura de la columna vertebral, también conocido como «Ángulo de Cobb»:

  • Escoliosis leve: curvatura de 0º a 25º. En estos casos, lo más recomendable es el tratamiento mediante fisioterapia y una Reeducación Postural Global.
  • Escoliosis moderada: curvatura entre los 25ª y 50ª. Aquí la fisioterapia se combinará con el uso de corsé. 
  • Escoliosis grave: curvatura de más de 50ª. Se requiere un tratamiento quirúrgico. 
En los casos leves puede generar dolor de espalda o dolor lumbar, pero en casos moderados o graves puede ocasionar otro tipo de complicaciones más graves, como problemas respiratorios.

Diagnóstico

Existen dos partes fundamentales para un buen diagnóstico. La primera de ellas se basa en la observación, mientras que la segunda conlleva una radiografía.

1. Test de Adams

El paciente debe inclinarse hacia delante e intentar tocarse los pies. Con ello, el profesional pueden apreciar dos de los síntomas más característicos de la escoliosis: si existe asimetría en las escápulas o los hombros o una protuberancia lumbar (la conocida como «chepa»). 

2. Radiografía

No obstante, no es suficiente con la observación. Para diagnosticar de forma certera una escoliosis es imprescindible realizar una radiografía de la columna donde se aprecie su curvatura real. 

De lo contrario, podríamos caer en el error de no diagnosticar correctamente su gravedad, ya que puede ser mayor de lo que se aprecia a simple vista. 

Fisioterapia y escoliosis

A pesar de que la escoliosis no desaparece, la fisioterapia puede ser muy beneficiosa para ayudar a paliar sus síntomas. Entre los diversos tipos de tratamientos que existen, los relativos a la fisioterapia pueden ser:

  • Terapia Manual, ortopédica y osteopática, como tratamiento paliativo y también como método preventivo para evitar la agravación o empeoramiento del problema.
  • Reeducación Postural Global mediante una serie de ejercicios y estiramientos cuya dificultad evoluciona de forma gradual. Es la técnica más adecuada y usada e imita el efecto del corsé, obteniendo resultados tanto a corto como a largo plazo.
  • Pilates: existen diversos estudios que demuestran que el pilates ayuda a reforzar la musculatura y mejorar la flexibilidad, por lo que es una actividad ideal para tratar los efectos de la escoliosis. En concreto, en Fisami ofrecemos sesiones de pilates terapéutico, más personalizado y con beneficios mucho mayores.